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Empeñado en seducir a Julia Roberts y a Susan Sarandon

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POSEE UNO DE ESOS ROSTROS PÉTREOS de la dureza del granito, como perteneciente a las gigantescas caras de piedra talladas en el Monte Rushmore. Este actor poderoso, sólido e intenso, de magnética presencia en pantalla y carácter complejo devorado por fuegos interiores -que ha logrado como pocos capturar la esencia del viril yanqui solitario-, es el tipo que conquista a las muy deseadas Julia Roberts y Susan Sarandon en la pantalla.

Y es que si ahora comparece como Luke Harrison, el hombre dividido entre las dos mujeres del drama Quédate a mi lado, se trata además del actor que este año competirá por los máximos galardones cinematográficos por su creación del productor megalomaníaco Christof, el hombre que no sólo conseguía convertir a Truman Burbank en un ídolo televisivo de masas, sino también a Jim Carrey, en un actor serio.

Previo a El show de Truman, Harris se había ganado su anterior nominación al Oscar por un personaje que era el reverso luminoso del muy tenebroso Christof: el enérgico centinela de la NASA de Apolo XIII, Gene Krantz, aquél para el que el fracaso no constituía una opción. Paradójicamente, fue antes el astronauta John Glenn en la épica espacial Elegidos para la gloria, además del perforador petrolífero de la cameroniana The Abyss, Frankie Flannery, el mafioso de La Cocina del Diablo neoyorquina de El clan de los irlandeses o el persuasivo agente federal de La tapadera.

Este nativo de New Jersey, de 39 años, marido de la actriz Amy Madigan, fue elegido por la propia Roberts para ser su coprotagonista amoroso en Quédate a mi lado. La actriz y productora argumenta la elección: "Necesitaba a un actor que transmitiera honestidad y a un hombre de verdad".

PERSONAJES DE LA VIDA Sam Shepard se inspiró en el propio Ed Harris para crear al "cowboy" incestuoso de "Loco de amor", que el actor convirtió en una de sus más memorables interpretaciones teatrales. El británico Alex Cox le convirtió para el cine en un personaje real, el aventurero norteamericano en Nicaragua "Walker", mientras que Oliver Stone le reconvirtió en el "alter ego" de Howard Hunt en la "biopic" "Nixon". Desde 1992, Harris vive para una obsesión personal: ser el pintor Jackson Pollock en el cine, una ambición compartida con Al Pacino. A partir de la biografía escrita por el marchante James Tressa, premiada con el Pulitzer, Harris, que compró los derechos de adaptación para el cine, ultima ya los detalles de una película en la que, con la serena fiereza y carisma habituales, interpretaría la vida, pasión y muerte del maestro del expresionismo abstracto.
Por Beatrice Sartori. Fotografía de Blake Little



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